(por un bolero de Agustín Lara)
He querido
llamarme a tu oscuridad
a las cosas
suaves, casi vencidas que te poseen;
esa manera
de cubrir tu pelo con mariposas
y dejar que
los viajes hagan el círculo de tus ojos.
Se me ha
hecho necesario construirte a pedazos de geranios
uno a uno,
correspondidos en solsticios,
en lluvias
pasajeras que saben a tu casta y lenguaje
tu sangre
preciosa y desnuda donde la luz se duerme poco a poco
las curvas
en tu soledad,
rodeada de
peñascos, y faroles de seda maquillados,
y el color,
más robusto, más rizo casi quemando una ranchera
he querido
renunciar al día, para verte ciego,
para
vestirme ciego al oficio de tu perfume y tus zapatos;
azabache
acompasado oliendo a dura nostalgia.
Me he
sentado al piano a componerte
va saliendo
en lentitud esta lozanía de tus manos pobres
y el amor
me hace oscuro porque de mí cierras los ojos
abrazas
esta torcaz de brandy, este duelo en las teclas,
y yo sigo
tus pasos, hacia donde el alba no regresa,
tuya es la
imagen
el puerto
de una sola noche.
Marioantonio
Rosa.© 2014
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