La
poesía es el género de la sinceridad última e irreversible.
Mario
Benedetti
Marioantonio
Rosa
Especial para La Revista de Marcela
larevistademarcela.ning.com
Imagino
la luz, encendida de otro modo, desbordada en pasos de grandeza, a pesar de su
silencio. Imagino el papel en buena soledad, como esperando, y más allá, en
corta distancia, los humores del tintero. Imagino qué preguntas iniciarán el
desfile que a su vez, y sin antifaz, asumirá el verbo y en la tenacidad de su
matiz, el poema, el relato, los párrafos en el conjuro.
“Ser poeta, artista,
músico, narrador, conlleva el total respeto por la diversidad, por crear arte y
belleza obligándose a cada vez hacerlo mejor. El poeta tiene, a su vez, un
compromiso social y solidario. Sin embargo, el poeta es un ser humano con sus
altas y bajas, sus lados oscuros, miedos, pero con la palabra por destino
inevitable.” Así nos dice la poeta y narradora Ana María Fuster, tiempo después
del camino recorrido. Nos lo dice bajo la lámpara de la memoria, bajo los
axiomas, la divergencia, la armonía o el desamparo que provoca a veces
escribirse, porque el poeta se escribe y se abandona, y de ahí el cuerpo de
vida.
Era
tímida, aunque siempre fue nuestra contemplación ese baile silencioso, entre
los ademanes de las manos, y su voz. Comenzó con la timidez, porque hay
silencio, hay desapego al decir, y más que todo, búsqueda. En esa timidez,
donde todo universo habita la idea de una abertura, de una expansión, los
libros y la palabra comenzaron a seducirle. Lectora vivaz, desde muy pequeña,
lectora de disciplina intocable, fue bajo la influencia de su abuela, Hortensia
Rapp donde el lirismo y la unción de los poemas la convocaban y la ungían. Entonces
hubo un diálogo interior, y lo posible de la totalidad. Esos veranos, bajo
clara solera, en la casa de sus abuelos en España, la llevaron a buscar el
signo, su signo. Fueron llegando las lecturas, visitas de arrobamiento y
transparencia; Juan Antonio Corretjer, Julia de Burgos, García Lorca, Miguel
Hernández, Neruda, Pizarnik. En la narrativa no faltaban los balcones abiertos
en imágenes de René Marqués, José Luis González, Luis Rafael Sánchez, Ana
Lydia Vega, Magali García Ramis, Manuel Ramos Otero, Juan Antonio Ramos, y en
el paralelo latinoamericano llegaban Cortázar,
Delibes, Donoso, Sender. Niñez, timidez, binomio de una incansable lectora y en
su punto cardinal, una de nuestras más autenticas voces en el estandarte de la
Literatura Nacional, y de ahí, el mundo.
Llegaba
la universidad, y continuaba la búsqueda del signo. José Luis Vega grandioso
poeta, fue su maestro, su mentor. Los primeros escritos entonces formaban la
tierna pisada de un riachuelo. Obtuvo su grado de maestría con honores de la
Universidad de Puerto Rico, nuestra amadísima alma mater, egresada de la
prestigiosa facultad de Estudios Hispánicos. Ya tenía decidido el sendero. Supo
que la palabra y ella, tenían algo en común: el espejo irremplazable donde eternamente,
sus miradas se enlazarían crispadas en una voz de fuerza y autenticidad.
Se lanzó. Comenzó entonces el diálogo con poetas y escritores
contemporáneos; Alberto Martínez Márquez, Mairym Cruz Bernal, Mayda Colón,
Kattia Chico, Guillermo Rebollo Gil, Gallego, Marioantonio Rosa. En las noches
de bohemia auspiciadas por el destacado poeta y promotor cultural Angel Matos,
comenzaron los primeros trazos del signo a conquistarse. “Todas esas lecturas y
voces me iniciaron en la pasión por la poesía visceral, erótica, urbana, de protesta…”nos
dice en un presente donde sigue deshabitada de una cercanía al ego literario, o
a ser presumida, por el contrario, la sed de escribir en serio y con excelencia
la sigue desafiando.
Sus
temas circundan, encienden, asumen, son valientes y en su diatriba,
palpitantes. “En la narrativa trabajo todo tipo de temas desde terror hasta
literatura infantil, el arte apalabrado no tiene límites. Sobre la poesía, no
me limito en términos de temas, pero los más que escribo son poemas sobre el
amor, la muerte, el paso del tiempo, además del erotismo y denuncias sociales.
Son estos en realidad nuestros temas universales, la pasión, la locura de amar
en términos de sentimientos y de sexualidad,
la muerte y la denuncia. El poeta no puede permanecer callado su voz es íntima,
pero también colectiva.” Exacto. El poeta no es él, íntimo, o solamente poeta
si tiene una vivencia, o la busca, para llenarse un poco. El poeta es
colectivo, social, total, dedicado.
“En el Libro de
las Sombras, ya comencé trabajando los temas de la soledad, la magia, la
denuncia social, el amor y la muerte, siempre con sus matices eróticos pero
acepto que no trabajé en ese poemario la sexualidad con la libertad vital y
casi (per)versa a como lo hice en El
Eróscopo.
El Eróscopo lo escribí desde el principio con una
estructura predeterminada sobre los ciclos de la vida; los calendarios
naturales, corpóreos, femeninos; el tema
de denuncia social; el oficio de poeta; la sexualidad en todas sus
manifestaciones amatorias, sin miedo pero con elegancia; es una propuesta sobre
mi yo, sobre mis otredades, sobre la libertad de ser y amar. Estoy muy feliz
con el resultado de este poemario, debo reconocer el apoyo constante de la
Editorial Isla Negra. Tras la sombra de
la luna (Ed. Casa de los Poetas,
2011) es un libro en el que recojo proyectos sueltos, poemas largos, un
homenaje a Poe, el amor, el desamor, y la muerte.”
¿Por qué
escribimos? ¿Fruición? ¿Estruendo? ¿Vivir más de un poco? “Escribir es una fuerza sobrenatural que nos obliga. Es
una droga maravillosa y apalabrada que nos produce toda clase de sensaciones:
euforia, alegría, dolor, coraje,
lágrimas, orgasmos y hasta el temblor de manos ante el parto de la palabra.
Así liberamos nuestros deseos, impulsos, pesadillas, debilidades y talentos,
así también damos vida propia al coro de voces que cohabitan en nuestra mente.
Ya dijo Carmen Martín Gaite: “La tarea del escritor es una aventura solitaria y
conlleva todos los titubeos, incertidumbres y sorpresas propios de cualquier
aventura emprendida con entusiasmo.”
El arte, la disciplina y la necesidad de expresarnos. Escribimos porque odiamos la nada inmóvil,
el silencio del ninguneo institucional, las rutinas, escribimos porque amamos intensamente. Los apalabrados somos lectores compulsivos y
a la vez sentimos la misma necesidad de crear.”
En cuanto a nuestro
panorama literario nos da su brújula y territorio; “Nuestra literatura, imagino que te refieres a
la puertorriqueña, que contra todos los obstáculos institucionales y
económicos, está más viva que nunca. Desde el tema social, la sexualidad en
todas sus manifestaciones, la negritud, la mujer, la violencia, lo gótico, el
misterio, lo policiaco, la novela histórica. Hay innumerables grupos de
escritores que hacen un gran trabajo, por mencionar algunos como: en la UPR de Aguadilla
(los escritores Alberto Martínez Márquez, Leticia Ruiz Rosado, José Manuel
Maldonado Beltrán, Edgardo Nieves Mieles
con sus revistas literarias y editoriales independientes), Homoerótica,
Yolanda Arroyo con Boreales, Angel Matos y En la otra orilla, la Liga de
Poetas, el trabajo de los editores independientes como: Isla Negra, Terranova,
Erizo, Aventis, El Sótano, A/C,
Colección Maravilla, la Secta de los Perros, el Festival de la Palabra
de Mayra Santos y otros proyectos de escritores comprometidos con la gestoría
cultural y la publicación.
No podemos hablar temas, se trabaja todo sin
limitarnos (que ya tenemos mucho con un gobierno ultraconservador y censor) y
con libertad, nuestra literatura es universal y ha alcanzado una gran calidad
que la mayoría de las veces no es visible internacionalmente por tantas razones
que conocemos, pero que muchos escritores se están encargado de llevar su voz.
Las motivaciones son esa propia diversidad que nos mueve, la creatividad es
infinita. Se escribe porque la literatura es el arte más poderoso.
Ahora, donde está, ha mirado atrás. Ha visto el camino
recorrido, y ha pensado en Hortensia Rapp, su abuela, durante la grave carrera
del verano, en esa España de paisajes y sonidos, y la recuerda, mientras ella
le leía sus poemas e iba impregnando lo que ha sido en ella su estancia
profunda, sincera, disciplinada en la creación literaria. Recuerda, los versos
enviados en las postales, los recuerda como el lenguaje de un signo conquistado,
incapaz de sentirse pleno, o lo mejor que puede suceder en un escritor, capaz
de llenarse la maravilla los dedos, y seguir escribiendo, siempre.
Les invitamos a visitar su blog y disfrutar de su obra
literaria a: bocetosdeselene.blogspot.com