(en la voz de Vladimir Nabokov)
Solo vi
tu pecho
disertando
el claroscuro del que despierta apenas
empapado
y solo en cualquier herida de humo
con la
habitación desordenada de celajes
con voces
en hambre de un juego diurno
y la
mejilla suave, ofrecida a la pesadilla.
Unas
cartas juegan al reloj de arena
otras ya
me hicieron estos dedos que te tocan
como
poner el cuerpo en el estanque
y sin
corriente, echarme a la boca ese pezón adolescente
como un
paraje bendecido por la sed y sus pecados
mansos,
sin relato, sin fiebre, convocados a la imagen
y hasta
sin la palabra de tus nuevos gritos.
Amo tu
desmayo nuevo y celoso
también
me atrevo a amar tus piernas siempre atadas
con
amarillos de abejas,
tu pelo
conocido por los gorriones castaños en soledad
hago mi
gemir, me blasfemo de bruces en tu vientre
como una
magia ciega que tiene flamas y candados
y en el
imprevisto,
dulce y
sucio jugar a los inocentes.
Perdona
estos malos versos
este tren
partido a cada lado de tu cuerpo
perdona
este trago que derramo sobre tus 12 años
te llamo
Lola,
mi
vencida eternidad.
Marioantonio Rosa.© 2015
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