domingo, 19 de abril de 2015

LA DULCE DELINCUENCIA


















(en la voz de Vladimir Nabokov)


Solo vi tu pecho
disertando el claroscuro del que despierta apenas
empapado y solo en cualquier herida de humo
con la habitación desordenada de celajes
con voces en hambre de un juego diurno

y la mejilla suave, ofrecida a la pesadilla.

Unas cartas juegan al reloj de arena
otras ya me hicieron estos dedos que te tocan
como poner el cuerpo en el estanque
y sin corriente, echarme a la boca ese pezón adolescente
como un paraje bendecido por la sed y sus pecados
mansos, sin relato, sin fiebre, convocados a la imagen

y hasta sin la palabra de tus nuevos gritos.

Amo tu desmayo nuevo y celoso
también me atrevo a amar tus piernas siempre atadas
con amarillos de abejas,
tu pelo conocido por los gorriones castaños en soledad
hago mi gemir, me blasfemo de bruces en tu vientre
como una magia ciega que tiene flamas y candados
y en el imprevisto,

dulce y sucio jugar a los inocentes.

Perdona estos malos versos
este tren partido a cada lado de tu cuerpo
perdona este trago que derramo sobre tus 12 años

te llamo Lola,

mi vencida eternidad.

Marioantonio Rosa.© 2015

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