“Sometimes you enter the heart. Sometimes
You´re born from the soul…”
-RUMI
Marioantonio Rosa
Especial para La Revista de Marcela
larevistademarcela.ning.com
Su pasión dictaminó rumbo y suelo a los quince años, mucho antes de todo giro de piel o correspondencia, es decir , con ella existe una pasión primogénita. Fue en la casa de su tíos
Alfredo y Mercedes donde comenzaron los primeros matices de una voz, los primeros ecos, las primeras consonancias. Allá, en esa casa inédita de poesía rondaban los libros de José de Diego, Luis Llorens Torres, poetas que ya eran verbo y parnaso. Escuchar al tío Alfredo, declamador natural, recitar como una sinfonía Cuando salí de Collores fue algo que en su alma de poeta se hizo urgente e inherente. Supo que existía un tiempo de conversación entre la poesía y ella o como dictase Octavio Paz, “y la poesía se sentó a mi lado”. Y así fueron llegando Gabriela Mistral, Julia de Burgos, Alfonsina Storni, Gertrudis Gómez de Avellaneda y Dolores Veintemilla de Galindo, todas y todos sentados en la adolescencia de Nelly Jo Carmona, como una invitación al tintero.
“Así fueron mis inicios, un sendero que siempre ha sido el del amor que luego fue echando raíces por diversos caminos que incluyeron la conciencia social y existencial” nos comenta la poeta autora ya de tres libros, destacándose Pasión en Fuga publicado por la Editorial Isla Negra y Amado a ser publicado por la Editorial de la Universidad de Puerto Rico. Dos temas le obsesionan; el de los Espejos y el Tiempo. En sí usando de tintero de trayecto, espejo y tiempo se unen y se alejan, como amantes que se van, y como amantes que se recuerdan y se vuelven a encontrar, ocurre una confluencia vivaz, perdidamente recurrente. “Creo que lo de los espejos responde a mi imposibilidad de trazar mis datos genealógicos al ser hija adoptiva, pero luego esta inquietud me lanzó por la dimensión más trascendental del juego del tiempo en su fatídica temporalidad versus el hambre de la eternidad y la trascendencia. Soy fundamentalmente una persona muy espiritual aunque no practico una religión concreta por decisión muy íntima y personal. Mi credo se encuentra anclado en mi corazón y en una visión del hombre como ente fundamentalmente compasivo y justo.” Nos comenta al tiempo-vuelve el tiempo-de una taza de café.
Fue en Nueva York en sus estudios de teatro donde se encuentra en el tranvía de los escritores de la Generación del 98. Uno en particular: Miguel de Unamuno. Un pensamiento: el teorema de la muerte, un porqué, el duermevela que la abrazaba a cada noche pensando quizá en la trashumancia, en el no estar, en el que una bocanada astral le reptase, y equivocara el rumbo que no fuera, la tierra que respiraba. Una causa, la novela Niebla de Miguel de Unamuno, el deambular de Orfeo, los libros, el silencio, el ataque suave del silencio. Un postulado: somos un sueño de Dios, de ahí dormir era lívidamente infinitesimal. Siguieron las lecturas, Antonio Machado, Campos de Soria, visión, aire y otra vez el tiempo. Entonces ya espejo y tiempo en la joven poeta y actriz Nelly Jo Carmona eran celaje fiel y futuro, que es lo mismo que decir próximo.
Hay un árbol de lecturas: Julia de Burgos, Mario Benedetti, Pablo Neruda-no sé porqué recuerdo con tanto amor El Mar y Las Campanas-Alejo Carpentier, y Mario Vargas Llosa. Confieso que en su biblioteca he visto caminantes a Reynaldo Arenas, Laura Restrepo, Isabel Allende, Roque Dalton, Piri Thomas, José Saramago y su Evangelio Según Jesucristo, Luis Rafael Sánchez, Pedro Juan Soto, René Marqués, y cofradías de poesía salvadoreña, nicaragüense, novelas y estaciones de poesía que hacen su casa más grande y de vez en cuando, iluminadoras. las entradas mágicas de su inseparable gato perlado “Mimo”.
La esencia del poeta. Es pregunta de labranza. Nelly Jo Carmona nos habla de la autenticidad; “Ser de verdad desde adentro, olvidarse de los estilos, olvidarse de querer impactar con imágenes atrevidas, olvidarse de querer ser original, simplemente SER. Hamlet acorralado nos lo sigue repitiendo, SER, o tal vez Octavio Paz al decirnos “puerta del ser, despiértame, amanece, déjame ver el rostro de este día, déjame ver el rostro de esta noche…” Aquí todo transfigura SER, la verdad suprema del poeta.
Define el panorama de las letras boricuas como brillante y renovador, en el ara de la transgresión y la conciencia social, y dice sentirse pasajera feliz de este parnaso que día a día nos hace patria.
“La escritura para mí es un exorcismo. Escribimos para purificarnos, es una especie de purga necesaria para evitar la locura. Y me parece que la respuesta la dio el escritor recientemente fallecido, Carlos Fuentes, cuando su contestación fue otra pregunta: “¿Por qué respiro?”
“Es que escribir es sinónimo de sobrevivencia. En el verbo se casa la vida con la muerte, resucitamos cuantas veces nos da la gana, ajusticiamos, perdemos y ganamos, reventamos de ira, de placer, de dolor y así…nos salvamos. No hay otra.”
Pero hay un amado que delira en correspondencias, astrolabio o brújula. Existe eternamente un amado que debe nombrarse, susurrarse, gritarse, contrariado y celoso, hermoso y tierno, esencia y contorno. Es el amado que debe cerrar las palabras de esta entrevista, o mejor aún, repetirla eternamente como un eco de la verdad que siempre debe ser la poesía, un acto de amor:
“Fui entonces una continua viajera,
enamorada del mar y del viento,
presintiendo siempre el cielo de tu mirada,
como un cántico de abrazo cálido.
Y ahora, Amado,
inesperadamente,
te presentas en mis días y en mis noches,
en tu verbo,
en tu carne,
en tu espíritu,
borradas todas las fronteras,
como cuando fuimos creados…”
(Nelly Jo Carmona, AMADO)
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