miércoles, 3 de octubre de 2012

Sonata para un vacío recordado



















Para un poeta que se marcha


Te escribo porque te pierdes,
te quedas solo entre la soledad de las gentes,
entre párrafos cortos, entre laureles cortos,
se dilapida tu letra descalza, y sabe a vacío,
yo me pregunto si tu dolor te ha llamado,
si tu casa de lágrimas visita a sus enemigos
si fue verdad tu historia, o sólo un espejismo,
del que me acusaste bajo cartas de burla,
me pregunto si fueron en ti, las palabras,
bajo aquél café de sombrillas y avenidas
y si fue cierto tu largo gusto de abandono

y las alas de niña que escondías.

Leerte entre los desiguales,
es como un robo aprendido en el espejo,
o abrir el periódico en la foto comentada
y acostumbrar el verbo a celajes fusilados,
leerte y no conocerte, es nunca escucharte,
es como si nunca hubieras sido un poema,
o ese aplomo de un estrado ante el grito,
donde se quema el corte a la injusticia,
te escribo esta sonata, poeta, que ya no estás,
porque tan imperfecto soy, pero hubo una ventana,
donde mirabas tu consuelo todos los días
y eras hermosa entre tus días cantando,
y no se quedaba perdido tu mundo,

y tu futuro equipaje, como ahora.


Y ya que no hablas,
me queda cantar por ti esta estadía
quizás, en mi continuidad,
de torpeza, de silbo paternal, o maestro fatigado,
debo decirte que te esperaban,

eran muchedumbres, llenas de abrazos

era el infinito expulsado,
de tu próxima palabra.

Marioantonio Rosa. 2012.
Derechos Reservados.

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