domingo, 4 de mayo de 2014

CON LAS MISMAS MANOS











La mañana está quieta
desolada, desnuda y magnífica
es húmeda la distancia de los pájaros
y el silencio niño, solo mira,
paso a paso las densas figuras del aire
y el maleficio de las hojas

y el insomnio blanco de los árboles.

He despertado bajo mis manos,
lejos de Dios, de los barcos nocturnos del sonido,
otro dios de agua ha lavado mi cara,
me sirvo un café todavía sorprendido de viajes,
de colores en hambre de carretera equivocada
no me he visto tan despierto antes,
quizá me amaba demasiado en otros forasteros
en otro rito envejecido por el alma
y ahora bajo el amor, los nombres rotos callan
nombres de soledad, de navajas desprendidas,
no sé, me gusta esta mañana sin título
y ese silencio jugando a las ánforas en todos los rincones,
para que yo no lo vea, él, solo quiere abrazarme,
jugar al escondite de los naipes,
y con mis manos creo conocerlo silencio
verdad y humo, a veces mujer lejana,
o esa sombra hermosa del río que va al mar,
repitiendo la cópula más antigua de las mareas,

si digo quietud, no miento,
basta verme como llego a todo ese paisaje
y me quedo a semejanza de mi alma,

escribiendo como ahora,

los últimos pedazos de cualquier inmensidad.

Marioantonio Rosa.© 2014

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