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martes, 18 de diciembre de 2012
Ciudad Vacía, o Antipoema de Navidad
hay azúcar en las ventanas,
y ángeles huérfanos buscan pedazos de almas,
para parpadear o irse a los silencios,
tengo aire en las manos,
aire mayor y deshabitado
abro mis regalos y mis limosnas
busco ropa tibia, iluminada en sueños,
busco un viejo frasco de milagros
donde se repita el celaje al Paraíso
soy como estas calles delgadas
o soy como tú, en el protocolo del abrazo,
todos contra todos, y la felicidad
hecha a los disparos del último criminal
los niños perdidos en la muerte
por un psicópata en Connecticut
o los lagos del hambre, desbordados,
en los ojos de los niños de Senegal,
o el flagelo de las bombas en Palestina
donde la sangre se desnuda contraria,
y los niños esconden su inocencia
bajo un túnel donde la vida no respira,
y yo, como tú, celebro,
me maquillo con palabras enlazadas,
uso perfume, y canto villancicos,
bailo los escándalos y las bocinas
hago patria, usando mis cadenas,
mientras la droga adorna sus recintos
y vamos a la iglesia deshechos en amargos,
la familia nos ama, y nos dan aguinaldos,
y en la noche asesinarán a dos deambulantes,
porque deben pocos pesos de heroína,
y el pobre seguirá sin nada, y yo,
consumo una buena cena hasta el hartazgo
y doy raciones de caridad,
para que la conciencia corte su pan y sus pecados,
el mundo termina el viernes, dicen Los Mayas,
pero no me importa, se equivocaron,
yo existo sobre la vida, no hay fin,
vivir esta tragedia,
hay fiesta de Navidad,
y estamos celebrando.
Marioantonio Rosa. 2012
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