sábado, 19 de octubre de 2013

LETRAS PARA VIVIR


 










Un florero al sol,
y en él, tulipanes, otras músicas del silencio,
la solemne regadera del día, rostro de cristal,
gran abrazo de un invisible, después, los ojos,
ventana en regreso, he visto la noche, anduve en ella,
imaginé muchedumbres en la calma de sus mesas,
el ruido de un tiempo, que aún no conocía a su tiempo
imaginé los cuerpos, oscuros como sílabas perfectas,
la asonancia, la afinidad, el desequilibrio, la cortadura
y el alba en su espalda quemada por las abejas,
todo mucho antes de despertar, de irme despierto,
de crearme una frente entre ciudad desbordada,
y unas letras, teclas de manifiesto, underwood girls,
-Pedro Salinas dormitaba dudoso en su maquinilla-
Un café macilento, algunas cenizas de la imagen,
pero creo que estaba viviendo, había vida en los dedos,
una vida pasaba por la lengua y sus estatuas,
y entonces, el poema devoraba su oquedad,
letra a letra, solo, se hallaba con su reflejo, tenía párpados,
puso en el verbo un carrousel y un jardín, pudo ser niño,
se sentaba en los australes contemplando la caída del día,
su desplome magnífico, su propia inmolación,
y todo en mí, era la posesión de escribirse,
esa mano de flechas voraces decapitando sin despertar,
vivir, vivir sobre mí o lejos de mí, duro en relojes de arena,
vivir como todos los rostros imaginados, vivir desnudo,
en todos los celajes bajo la invasión del lenguaje,
viaje poderoso, aire solo, palabra por palabras,


deseo en esta hora,
sobrevivir el espacio, su llaga de luces,
y detenerme a contarlo todo


manera despiadada,
de seguir despertando.



Marioantonio Rosa.© 2013

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