DESOLACIÓN

(Conversación con la novela "La Montaña del Alma" de Gao Xingjian)

Yo estaba en la montaña;
el pronombre del todo,el todo del vacío.
Yo subí por los álamos, con una sed robada
y usé el anonimato de las cortaduras,
la identidad acuática del hombre que sonríe
y se va al camino abierto, hermoso en sus secretos.

En una mano del paisaje,
pienso que existo en mi memoria, creo que voy
suavemente apretado a un espectro de amor;
hasta siento el riachuelo que despierta las cosas
la madrugada de las rocas que me han salvado.
De la mochila voy sacando letras sordas,
para verlas madurar en coitos contra el aire
de la mochila,otra vez me abraza el frío
y el occidente domado de mis últimas heridas.

No pasa nada. Hay un sonido del infinito;
parece regresar de una batalla contra otra inmensidad.
Pero espero la voz de la lluvia prometida,
el denso potro del sueño perfilado hacia la luz.
Espero y sé esperar, conozco los suspensos del espejo
el inquilino ronco que la sombra conmueve
y estando sin nadie, se va desolando la misma mirada,
la sobria mansedumbre de las figuras de ahogo,
¡qué corto fue el mar, poeta, qué poco te conoce!
¡qué labios se quedan sin nombrarte o nombrarme!

Y la vez,
esta desolación tan dulce,
lecho de azúcar,especie de tacto y desnudez
tan blanca en lo sombrío de lo que se pierde,

y tan adelante
de todo lo innombrable que me hace tiempo,

nacimiento o salida.


Marioantonio Rosa.© 2013