(contemplaciones a un tema de Fernando Sánchez Dragó)
Ir,
sin ropa ni espíritu,...
finito y perseguido en la sospecha
ir despacio,
como una tinta tocándose en ceguera la ruta
después se equivoca lentamente
y se detiene siendo tinta, sin la curva
los espasmos, las honduras de la letra
este vacío del libro terminado,
ese tranvía del libro sobre los ojos, despedido,
este fósil de las páginas usadas,
y la memoria,
uno de mis peores temas
este vacío amoroso del libro sobre el estante
libro desnudo al archipiélago
conmigo y después de mi,
incierto dios que siempre se inunda solo
con los ojos de mi lectura, quizás otros ojos,
Hume, Robert Graves, Levi-Strauss,
la duda del cuerpo final o el nacimiento
lo único que tengo claro es el amor,
su boca de milagros, su religión de temblores
la oración en cruzada del amor en el exilio,
el paso del amor como umbra en mi sombra
mi bello eclipse personal cuando lejos de tu vestido
te digo lágrimas pasadas para tu presencia
mi diferencia,
cuando estás despeinada y llegas al pecho,
a las manos, al respiro, al todo apenas tímido,
cuando de ti lo único que conmueve son gotas,
perfumes del mar, atracos del mar, calor,
y todos los libros llegan desde ti,
páginas que no saben cómo leerse,
si no existe tu gemido como guardián de luz:
solo es ir,
y nada existe.
Marioantonio Rosa.© 2014
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