lunes, 24 de febrero de 2014

CONTEMPLACIÓN EN EL UMBRAL


















Desde donde una vez partí
bajo esa música de un signo callado
y el aprendizaje de los poemas rotos,
el sonido de un mar a mediodía,

mas de mi sombra que de las olas.

Recuerdo el vigía,
creado con letras entre la piel y el humo
caballo liso, cargado de humedad y habitaciones,
mirando cada soledad volteando sus pájaros,

y el aire mio sin abrazos.

la unción de no regresar,
de no tocar los espejos que se hundieron
el crucero de gaviotas partido en esa playa
mediodía moreno, entreabierto
con las huellas que se invocaron en la arena,

amada y amado
como el nombre rebelde de un río.

Así fue tu voz, alma
así la destrucción de tu arboleda
mi paso pobre cantando sobre tus palacios vacíos,
sobre tus mensajeros entre el aroma de mujer,

y más esta hermosura
de no tener nada tuyo, ni una herida cercana

de estar con estos ojos tranquilos

en marea baja,

escuchándote.

Marioantonio Rosa.© 2014

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