Dime,
esta palabra que anochece lenta como herida
dime a la soledad del oído
este rostro del sonido sin paisaje
dime cómo ser el nadador intacto, sin desolación,
que cruza por este oscuro en un solo pez de plata
y se rumora de cosas vacías,
con un tibio juego de espejos,
cántame el silencio de este infinito,
tan cerca de las manos que solo te miran,
busca por tu nombre mi visita,
aléjate de mí, y camina sobre mi ceguera
rompe los días de amor, cada día invisibles,
porque lo único que me viste es tu boca perdida en signos,
dime cómo haces entre tantas aguas,
que nada queda arrodillado en tus ojos, nada muere,
todo es una vida en epidemia de sus horarios,
será que en esta noche que desfilo,
y donde todo acaba siempre húmedo en tu vientre,
queda la existencia soñando,
con ausencia, lejos de la tierra.
Marioantonio Rosa.© 2014
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