Hay algo en esta sombra nuestra
noche recién cortada y de blancos ojos;
hay algo que enciende por los labios su lámpara ceniza
y corre al mar, en ese gran oscuro de las horas.
Camino descalzo esta palabra de ceguera
porque en su abrigo existen unas rosas contempladas
un crucigrama hecho a pedazos de mis barcos
y la unción de olivo donde queda la mejilla
más hacia tu amor, de orillas a la soledad.
Cuidado,
llueve mucho en los gemidos que te sujetan
puede llover una corona cansada de sílabas,
una ciudad hermosa en sus clavos luminosos de insomnio
y nos hacemos doler, tan de alba en este cuerpo desolado,
el abrazo de los cuartos,
el lazo de los cuartos habitándose en la lengua
la sensación de que luego de nuestros ojos,
algo de esta sombra se posa en el silencio,
nos miran, nos laceran de invisibles,
y nos amamos sin nada, a río lento, a otros rostros,
nada se despierta corriendo los espasmos,
todo nos termina,
sin nombrarnos.
Marioantonio Rosa.© 2014
noche recién cortada y de blancos ojos;
hay algo que enciende por los labios su lámpara ceniza
y corre al mar, en ese gran oscuro de las horas.
Camino descalzo esta palabra de ceguera
porque en su abrigo existen unas rosas contempladas
un crucigrama hecho a pedazos de mis barcos
y la unción de olivo donde queda la mejilla
más hacia tu amor, de orillas a la soledad.
Cuidado,
llueve mucho en los gemidos que te sujetan
puede llover una corona cansada de sílabas,
una ciudad hermosa en sus clavos luminosos de insomnio
y nos hacemos doler, tan de alba en este cuerpo desolado,
el abrazo de los cuartos,
el lazo de los cuartos habitándose en la lengua
la sensación de que luego de nuestros ojos,
algo de esta sombra se posa en el silencio,
nos miran, nos laceran de invisibles,
y nos amamos sin nada, a río lento, a otros rostros,
nada se despierta corriendo los espasmos,
todo nos termina,
sin nombrarnos.
Marioantonio Rosa.© 2014