(RECADO A GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ)
Mamá Grande te ha visitado
en esa vuelta a tu primer aliento
esta vez la muerte en la garganta
no asomará el cadáver del hermoso ahogado
que puso jardínes en la soledad de la playa
y puso inmenso tu verbo,
Gabo, ha llegado el tren,
va a Macondo, Apolinar Moscote ha prearado la bienvenida,
Melquiades se ha vestido con peces de oro,
suenan unas campanas de aguardiente
y la carpa de celajes queda madura en la luz,
el tren, llega por el Levante,
así con alba de Bolívar y el alba de Eréndira,
redimida quemando la sangre de su abuela,
y ya Billy Sánchez no tendrá malos rastros de amor
creo que eras mi gran poeta en las iluminaciones
porque la poesía te hacía el semblante de las calandrias
y a noche lenta mecías en tu palabra a generaciones,
pero sucede que Dios se inventó la muerte
mas cuando te miraba de frente a estas flores de Macondo
quizó cambiar de idea,
y te dejó entre nosotros fulgurando
todos los besos del milagro,
Florentino y Fermina te abrazaban
mientras nosotros y el mundo,
echábamos un hermoso llanto para cantar.
Marioantonio Rosa.© 2014
Mamá Grande te ha visitado
en esa vuelta a tu primer aliento
esta vez la muerte en la garganta
no asomará el cadáver del hermoso ahogado
que puso jardínes en la soledad de la playa
y puso inmenso tu verbo,
Gabo, ha llegado el tren,
va a Macondo, Apolinar Moscote ha prearado la bienvenida,
Melquiades se ha vestido con peces de oro,
suenan unas campanas de aguardiente
y la carpa de celajes queda madura en la luz,
el tren, llega por el Levante,
así con alba de Bolívar y el alba de Eréndira,
redimida quemando la sangre de su abuela,
y ya Billy Sánchez no tendrá malos rastros de amor
creo que eras mi gran poeta en las iluminaciones
porque la poesía te hacía el semblante de las calandrias
y a noche lenta mecías en tu palabra a generaciones,
pero sucede que Dios se inventó la muerte
mas cuando te miraba de frente a estas flores de Macondo
quizó cambiar de idea,
y te dejó entre nosotros fulgurando
todos los besos del milagro,
Florentino y Fermina te abrazaban
mientras nosotros y el mundo,
echábamos un hermoso llanto para cantar.
Marioantonio Rosa.© 2014
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