martes, 8 de abril de 2014

RECADO A MARCOS RODRÍGUEZ FRESE
















Los poetas no saben morir,
lo hubieras dicho siempre en ese verano de guajanas
de pie en tu cántico de almas y corrientes,
lo hubieras dicho con el portal herrero y noble de tu voz
surcando el alba predilecta de los liberados,
estarías aquí mirándonos a los ojos, ajeno a la sombra,
vertical en tu sola brisa de muchedumbres,
es cierto, los poetas no saben morir, solo cambian de equipaje,
solo marchitan la piel de turno y luego brillan en nacimiento,
se van a caminar entre linajes del espejos,
al menos tú, poeta inmenso, hablas al celaje de las tórtolas
hablas en la simiente del sediento, riegas patria en tu iluminación,
al menos tu sabes recordar la memoria de los héroes,
y cierras las manos en una sombra de amor,

compañero, no sabes morir, te pierdes,
en la Oceanía de los árboles nuevos, y el asalto del día,
te pierdes en las calles vestidas de tus versos humanos,
y un rostro de mujer se imaginará en tus ojos,
o quizás un ángel de lluvia desnudo por tu paisaje,
yo no sé escribir tu despedida, no sé dedicarte abismos,
de modo que solo escribiré un corto silencio,

mientras abordas el vaso nuevo de tu vida,
pisando otra vez el cañaveral,

guajana de tu victoria
temblor de cielo.

Marioantonio Rosa.© 2014

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