Una canasta de frutas
desbordada de silencio y sin espejo
un autorretrato de Van Gogh donde el sol hace mucho tiempo se rompe
o las giraldas pequeñísimas que la luz imagina en los cuerpos
el café sonámbulo en el pasillo, la regata de pájaros,
o el oráculo inconcluso que el aire al caer deja contemplado
todo imanta y regresa.
Hoy me levanté callado,
en un orbe roto de antiguas noches
antiguos dedos me hicieron un sueño encarcelado
donde la edad de los ojos no me conocía
un vasto sabor de playa se llenaba en la memoria
¿dónde habré estado por toda esta noche?
¿quién fue aquél forastero que me trajo barcarolas?
Respondo a una felicidad descalza y simple,
natural, soleada entre cauces que solo queman himnos
por esta ventana el espacio pasa en su único siglo de visiones
pasa la mujer desnuda, las campanas, la enredadera,
y una soledad dulce y sin extraños camina sus ríos observándome
feliz y lejano voy amando todo,
y en tierra, no puede suceder otra cosa que abrazos
o los días,
demasiado libres con mi sombra.
Marioantonio Rosa.© 2014
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