sábado, 4 de julio de 2015

EL LECTOR DE DOSTOEVSKY
















(Contemplaciones al cuadro del mismo nombre del pintor
cubista checo Emil Filla
)

Quedaba quieto
inmune a los efectos especiales
a la corriente a veces disipada de la hiedra;
quedaba en siglos y en horas,
con ese deseado aumentativo que la noche avanza
en su brazalete de sauces perdidos.

Aprendía a estar fatigado por las letras.

Buscaba el sueño
y la silla decorada de silencio y miedo;
era un hombre solo, en esa corriente de hiedra;
le sucedía por dulzura el tránsito de la mariposa
y la espera, como decir el aire, sin cicatrices.
Descansaba de la memoria sin recordarse.

Al fondo, la pared roja
dirías sangre, o rosa abierta, y la ventana,
de perfecto gris desnudo hacia el invierno
con los abetos en su pose de espada vencida
y más al fondo, el crucifijo,
vigilando su cansancio y sus ojos cerrados.

¿Era Dios?



Marioantonio Rosa.© 2015

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