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martes, 18 de diciembre de 2012
Ciudad Vacía, o Antipoema de Navidad
hay azúcar en las ventanas,
y ángeles huérfanos buscan pedazos de almas,
para parpadear o irse a los silencios,
tengo aire en las manos,
aire mayor y deshabitado
abro mis regalos y mis limosnas
busco ropa tibia, iluminada en sueños,
busco un viejo frasco de milagros
donde se repita el celaje al Paraíso
soy como estas calles delgadas
o soy como tú, en el protocolo del abrazo,
todos contra todos, y la felicidad
hecha a los disparos del último criminal
los niños perdidos en la muerte
por un psicópata en Connecticut
o los lagos del hambre, desbordados,
en los ojos de los niños de Senegal,
o el flagelo de las bombas en Palestina
donde la sangre se desnuda contraria,
y los niños esconden su inocencia
bajo un túnel donde la vida no respira,
y yo, como tú, celebro,
me maquillo con palabras enlazadas,
uso perfume, y canto villancicos,
bailo los escándalos y las bocinas
hago patria, usando mis cadenas,
mientras la droga adorna sus recintos
y vamos a la iglesia deshechos en amargos,
la familia nos ama, y nos dan aguinaldos,
y en la noche asesinarán a dos deambulantes,
porque deben pocos pesos de heroína,
y el pobre seguirá sin nada, y yo,
consumo una buena cena hasta el hartazgo
y doy raciones de caridad,
para que la conciencia corte su pan y sus pecados,
el mundo termina el viernes, dicen Los Mayas,
pero no me importa, se equivocaron,
yo existo sobre la vida, no hay fin,
vivir esta tragedia,
hay fiesta de Navidad,
y estamos celebrando.
Marioantonio Rosa. 2012
Derechos Reservados.
sábado, 15 de diciembre de 2012
CIUDADANO VI: Deportación a SHANGRI-LA
James Hilton pudo nombrarla en su manuscrito de 1933, Lost Horizon con su imaginación garbosa, perdido dulcemente en la fruta de sus paisajes, en las fisuras astrales que le llenaban con visitas milenarias. La escribió isla, y luego la hizo paraíso. Ya el Génesis hacía mucho tiempo era pecado original, Adán y Eva estaban vestidos y Caín con el hueso del asno en rúbrica de sangre sobre Abel, el primer crimen de esta tierra. De modo que James Hilton era libre y ajeno a los oficios de la deidad para poderse definir amo de una estancia imaginaria, irradiando mosaicos para sonámbulos, cuchillos contra el insomnio, tapices para asfixiar la cotidianidad, y lámparas únicamente posibles para la desnudez. Fue tierno, James Hilton. Supo desnudarse con su propia lámpara y dejarla encendida para que ésta se derramada ante nosotros. Lámpara madura del ingenio. Giovanni Bocaccio en su Decameron imaginaba simientes entre el deseo, la sorna, el amor o la fortuna, pero Hilton se desviaba muy travieso al paroxismo. Pisó Shangri-La, se llenó con su aroma, borraba toda serpiente que pudiera enroscarse entre árboles de sabiduría, y se entregó a la elevación. No ha regresado.
Posiblemente voy a ser un intruso cuando pise la cercanía de su arena. Su amapola mal escrita con estrellas caídas, su cal para milagros, sus únicos dos puntos cardinales: Horizonte o eternidad. Confieso mi pequeñez, confieso el diminutivo de una voz que entra, desde adentro, y se presenta sencilla lejana de las gentes. Confieso tener pesadillas para piratas. También, la poesía no me ayuda, por el contrario, avisa más placer para quedarme. Pero un hombre como yo, se le haría muy difícil acercarme a un cuerpo celeste, tibetano, esplendor, dotado en un idioma para ángeles perdidos. Recordaba a Madame Blavatsky rompiendo los silencios para Isis, o luchando como una loca para que Isis no probara la ceguera de los velos. Anoche me tomaba un té entre rituales palaciegos. Mientras, me esfumaba en Shangri-La. La vi mujer, la vi como un amor con piel de salamandras y tambores, o como el amor de ese chico adolescente que llevó a su amada hasta Culebra para ver un amanecer. Con locura de música me deporto, insondable, también inconcluso. Las costas tienen tibieza de senos, y de palabras para besar los senos, y el cuerpo. Allí no existe la sombra de las vestiduras. No hay vacío.
Primero llegas como niño, y el agua sonrosa llagas de tu pasado, y las cicatriza. Después caminas lacerado con la luz de un sol entre pájaros diestros en visiones, o diestros en marcar la piel para nunca retornar. Los piélagos tienen estatuas de peces, colmenas hervidas en memorias para elegidos. Y piensas cuántas veces pudo perderse un poema de sal que hablara entre bautismos o salvaciones. A veces tiemblas como perdido, como despojado del mundo. Es que no hay mundo. Debes saber, si te arrodillas en Shangri-La, que el mundo que conoces, vives, maldices, deprimes, o sientes, no tiene cabida en esta limpia antigravedad. Tú, eres el único, y el amor tu lengua y tu comida. Te debes lealtad frente al umbral. Tu conciencia, ADN, raza en residencia, organismos del tedio, genuflexiones para el odio, todo, todo, se ama con la NADA. Próximo a ser tu propio pasajero, ardes, vital, sin regreso.
Ha sonado mi teléfono. Una realidad me trae desde la fugaz ciudadanía del gozo.
Nadie se pierde, sólo transmigramos.
Marioantonio Rosa. 2012
Derechos Reservados.
martes, 4 de diciembre de 2012
CIUDADANO V: DONDE UNA CIUDAD LLEVA UN NOMBRE DE AGUA
”Más allá se extendían las llanuras, donde alcanzaban la perfección esas aromáticas sustancias que también hoy produce la tierra y están hechas ya de raíces, ya de hierbas, de árboles, flores o frutos. Todo esto producía en abundancia aquella isla santificada, cuando aún estaba bajo el sol."
Platón
Critias y Timeo
Sobre La Atlántida
a Lynnette Mabel Pérez y Lulú Collazo, en la conversación de vida
Me despierto con el mar. Llevo en el sonido de mis ojos el sargazo de una playa aún remota para mi infancia. El bramido del mar tiene un hogar de celajes en mis oídos y junto a la memoria ha ido, en ceguera blanca, para que nadie le toque. Las olas traen tesoros. Robinson Crusoe partido entre las olas llegaba a una isla, y fue de ella; su arena, su línea de fantasía, su relato entre mareas ágiles. Pablo, el apóstol, se arrimaba con fatiga luego de una gran tormenta a la isla de Malta con el aún salado verbo de Cristo, en los labios, y el cárdeno cuerpo de las resurrecciones. Tiempo después el almirante genovés descifraba un código de algas y una gaviota extraviada a cielo mediano, a caduceo indeciso; a veces círculos, a veces a ras diagonal, a veces deseo de más altura. Supo que había tierra muy cerca. Abrió sus mapas: la sospecha era luminosa. Vicente Yáñez Pinzón, capitán de la carabela La Niña subió al mástil de navegación y divisó lo que, muchos meses antes, era considerado la locura por excelencia: la redondez de la tierra. Yo le añado: el umbral del Nuevo Mundo.
Muchas veces hemos leído esa historia, ahora actualizada por las
navegaciones de los vikingos, y el diario perdido de un explorador cuyo
nombre no recuerdo, que confiase sus notas a Cristóbal Colón y éste,
vociferaba su autoría en las cortes españolas. Incierta es la historia
de los hombres. Hoy seré ciudadano de una mucho más particular. De niño,
mirando el mar de Naguabo en esos veranos donde la casa de playa se
convertía en mi fortín personal de lecturas fantásticas, ajedrez,
Engelbert Humperdinck y su Hansel y Gretel, The Monkeys, Jonh Lennon sin Paul Macartney, The Carpenters,
o las horas dibujadas al asedio de las tirillas cómicas, recordaba a La
Atlántida, y me iba intruso hacia su voz, lacerado por lo invisible.
Platón hablaba de ella como si la hubiese caminado en un carromato de
palabras doradas y videntes. Luego la discursaba ilusionado, enhiesto en
substancia iniciática. La precisa descripción de los textos de Platón y
el hecho que en ellos se afirme que se narra una historia verdadera, ha
llevado a que, especialmente a partir de la segunda mitad del siglo
XIX, durante el Romanticismo, se hayan propuesto numerosas conjeturas
sobre la existencia y real ubicación de la isla. Fue una inundación, un
cataclismo, quizá la trasmutación veloz de los espíritus en agua, que
quedó vencida por el mito, sin saberse palpada o conquistada, al menos
por un soñador.
Yo la encuentro cerca de mis ojos. La sueño. Allí deambula Critias y
Timeo, errantes hermosos de una topografía en singularidad de ángeles.
Me atrevo a acercarme. Estoy desnudo. No existe nada material que me
elija. No existe oscuridad porque cuando la luz es uniforme en su
aliento de ondas y explanadas, la noche es imposible. Hay varias lunas
en una corona de aire y gran cielo en adivinanzas. Cirros morados como
de un fuego, esperando. Ahora, entre las luces escucho a un Solón
inconcluso entre agrios jeroglíficos egipcios contando al mundo la
sombra de La Atlántida. Yo, desangro mi cruzada en un supremo arcoíris,
amoroso, benéfico, sin comienzo, perpetuo. Amo mi pobreza, palabra
maldiciente en estos días de hartazgo consumista. Mi pobreza consiste en
desprenderme de los nombres, los títulos, los actos de posesión, los
insumos del deseo, antes, y ahora. Ser pobre en luz, porque nada me
queda de esa vieja piel marcada por los caminos. Mi espada escinde hacia
la gran palabra. Soy un mortal tranquilo, un ciudadano bajo duelos
iniciáticos. El alma crepita una candileja noble que ama, y ama en
verdad y para la verdad. He pisado la isla, demarcado su clima ya
invocado en los algoritmos, he visto desde ese desprendimiento el MUNDO
CERO. Lo que fui, ya no está, lo que soy es una riqueza más infinita
bajo toda ciudadela en agua. Nunca estuve en la pobreza, porque me he
visto desnudo en mi interior, y no fallezco. Y pensar que el niño que
abandoné en aquél mar de Naguabo, esperando el brotar de La Atlántida,
para contárselo a sus juguetes y libretas de aviso, vuelve irredento a
encontarse con ella, luego de Platón, e Ignatius Donelly, y tan pequeño,
tan incapaz de llamarse poesía, que otra vez apago mi lámpara y callo.
No es silencio, es otra manera de amar, este viaje.
Derechos Reservados.
domingo, 25 de noviembre de 2012
CIUDADANO IV: DESCANSO EN JERUSALEN
He partido un trozo de cedro. El olor del tiempo se desviste en una visión que lleva en mis hombros, hábito de palabras. Esperé mucho esta visita al tabernáculo. Fueron, diría, pasajes que hice perder entre el rodaje de la razón, los fuertes asechos de Nietzche, pasadías con Stendhal, pulseos entre Sartre,Spinoza, Hegel, Kant, y otra diestra de filósofos, que deseo guardar por silencio en la memoria. Hablé en polinomios. Hablé en poesía, y aquí te encuentro: Cristo. Fue otra vez, una primera vez. La misma escena zurcida entre secretos, arenas, dunas, salones manchados de llanto, y las pequeñas crucifixiones de la mirada. Recordaba un Cristo el cual vuelve y se despierta a mi lado, sin una taza de café, o mis tostadas, o por la noche sentado en mi butaca, luego de un episodio de copas, amores de barra, deshielo del pudor, o el sonido ingenuo de las galletitas de chocolate, y el vaso tranquilo de leche persiguiendo una lectura sobre la poesía de Laura Gallego, o el asomo de Auden, poeta erguido de señales. Ahí estaba él, ignorándome, y yo ignorándolo. Cristo, estaba en mi butaca, deshojando una sangre de amor, tocando mis libros, o buscándole raza de vuelo a mis poemas. Desfigurado estoy por su misterio. Hay ríos en su presencia, el Jordán allá crestado en la voz de Juan, El Bautista...luego, si alguna duda queda, Lázaro en regreso de la muerte, o antes, Caná y la alquimia del agua.
Hablamos. La voces bailaron signos, los suyos, los míos; la sinagoga, la raíz de aquella estrella vieja perdida en mirra de las expediciones, la vendimia de ángeles largamente sembrados en lenguas de sequía, la borrachera de Herodes El Grande, podrido en la vagina de Salomé, la faca que desfigura inocencias, la huida a Egipto, el hambre en nácar de María, la madera inexpresiva de José, las sombras en alpargata; ya sea esparto, ya sea cáñamo. En fin, hablamos. Me abrazó, y recordé a mi padre en su abrazo señorial antes de irse al rigor de los planos, el cartabón, o las señales de cemento. Recordé a mi madre antes del beso de la merienda, recordé mi árbol genealógico, siglos antes del estupor, y la soledad de los nombres.
Dijo amarme. Esta palabra me descubrió, no la conocía. Ser poeta, muchas veces es callar la insolación del amor. O cerca, o lejos, mio o de otros. Al mismo tiempo el poeta fulgura por su verbo, amor, denuncia, descubrimiento. Cristo estaba echado en su mar vestido en el cardumen más extranjero al idioma de la cotidianidad. Dulce forastero, incrédulo a veces, como yo, para que le ame. Aquí los dos, uno frente al otro, sin decir nada, sólo el eclipse púrpura de una imaginación recordándose, recordándolo, vistiéndome hombre nuevo en la mirada de él. Confieso que no soy cristiano, pero él, lo dijo en el Evangelio Apócrifo de Tomás: “El Reino de Dios está en ti, y en derredor tuyo; levanta una roca y me hallarás, parte un trozo de madera, y allí estaré”
Cae la noche en Jerusalén. La plata de la noche es un milenio humeante entre visiones, pozos de soledad, Gaza, a los lejos, masacrada, y aviones henchidos por el odio jugando a los ángeles del fuego. Los trenes del viento tienen paso de sangre.
Yo descanso. Cristo sigue leyendo mis poemas al abandono.
Marioantonio Rosa.
2012DERECHOS RESERVADOS
sábado, 17 de noviembre de 2012
ADOQUINES DE DOS MUNDOS, COMO ANTESALA AL FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESIA DE PUERTO RICO...
Bajo el abrazo de la Poesía, "Adoquines de Dos Mundos" como parte del Festival Internacional de Poesía:
Reciban un saludo de la junta del Festival Internacional de Poesía en Puerto Rico. Entre los objetivos principales del FIPPR, figura el...sentar las bases para un intercambio literario y cultural sostenido con los países iberoamericanos. Este intercambio se ha constatado en nuestras pasadas ediciones y se reanudará al recibir la visita del poeta español Rafael Soler. Como preámbulo a nuestra próxima edición, y apoderándonos de la conmemoración del Descubrimiento de Puerto Rico, celebraremos el recital ti...tulado: “Adoquines de dos mundos”.
Nacido en Valencia, Rafael Soler reside en Madrid, donde trabaja como profesor titular en la Universidad Politécnica de Madrid. Poeta y novelista, en los años ochenta tuvo una intensa producción literaria, que se inició con la publicación en 1.979 de su novela “El grito”, y el libro de poemas “Los sitios interiores” en 1.980, a los que siguieron títulos como “El corazón del lobo”, “El sueño de Torba” o “Barranco”, última de sus publicaciones en Cátedra en 1.985, así como dos libros de relatos. Vino luego un largo silencio editorial, que decidió romper en 2.009 con la publicación del libro de poemas “Maneras de volver”, al que siguió en 2.011 “Las cartas que debía”, libro que fue recomendado por la Asociación de Editores de Poesía, y en 2.012 “La vida en un puño”, antología publicada en Paraguay.
Además de Rafael Soler estarán en la lectura los poetas: (algunos por confirmar)
Antonio Rosa
Cindy Jiménez Vera
Iris Alejandra Maldonado
Lynette Mabel Pérez
Marcos Rodríguez-Frese
María de los Ángeles Camacho Rivas (Angie)
Mario Antonio Rosa
Pedro Juan Ávila Justiniano
Susie Medina Giraud
Vicente Rodríguez Nietzsche
Vilma Reyes
Violeta PujolsVer más
Nacido en Valencia, Rafael Soler reside en Madrid, donde trabaja como profesor titular en la Universidad Politécnica de Madrid. Poeta y novelista, en los años ochenta tuvo una intensa producción literaria, que se inició con la publicación en 1.979 de su novela “El grito”, y el libro de poemas “Los sitios interiores” en 1.980, a los que siguieron títulos como “El corazón del lobo”, “El sueño de Torba” o “Barranco”, última de sus publicaciones en Cátedra en 1.985, así como dos libros de relatos. Vino luego un largo silencio editorial, que decidió romper en 2.009 con la publicación del libro de poemas “Maneras de volver”, al que siguió en 2.011 “Las cartas que debía”, libro que fue recomendado por la Asociación de Editores de Poesía, y en 2.012 “La vida en un puño”, antología publicada en Paraguay.
Además de Rafael Soler estarán en la lectura los poetas: (algunos por confirmar)
Antonio Rosa
Cindy Jiménez Vera
Iris Alejandra Maldonado
Lynette Mabel Pérez
Marcos Rodríguez-Frese
María de los Ángeles Camacho Rivas (Angie)
Mario Antonio Rosa
Pedro Juan Ávila Justiniano
Susie Medina Giraud
Vicente Rodríguez Nietzsche
Vilma Reyes
Violeta PujolsVer más
jueves, 15 de noviembre de 2012
PSICODELIAS URBANAS, EN LA SALA OLGA NOLLA UNIVERSIDAD METROPOLITANA
Presentación del libro "Psicodelias Urbanas" de Lynnette Mabel Péerez
Maestra de ceremonias: Mirna Emanuelli
Miranda Merced - Psicodelia en la urbe
Poetas invitados:
1. Lulu Collazo - Una tarde con mi gato
2. Gloria Emanuelli - Claro amarillo
3. Ángel de León - La buena vida
4. Martha Emanuelli - Sodomía
5. JJ Jiménez - Esquela
6. Marlyn Cruz-Centeno - Serena Platina
7. Renia Fermaint - Caída libre
8. Juan Félix Algarín (a dueto) - Miedo en dos actos
9. Lynette Pérez - Rave Party
10. Zulma Quiñones - Cut and paste
11. Héctor García - Musicalización
martes, 13 de noviembre de 2012
CIUDADANO III: REGRESO A LA ISLA DEL FIN DEL MUNDO
Jakob Roggeveen, era el navegante. Con cartografía fresca y
astrolabio la distinguió sigilosa en aire doliente y oro desfigurado. La
supo solitaria, bajo la inflamación que sólo se dibuja en un abismo de
preguntas, la transpiración de unas huellas que no se conocen visibles,
y la maternidad de piedra entre sus costas. Jakob, desfallecía. Tuvo
miedo, miedo ancestral, de especias, de altura, miedo al todo, y de cómo
el todo le hablaría, descubierto. El pueblo rapanui habría llegado a esta tierra desde una mítica isla llamada Hiva, siendo guiados por Hotu Matu'a, su primer ariki,
o rey, hacia el siglo IV. Si alguna vez hubo sangre ya era un rastro
noble de ídolos rotos. Hotu Matu’a buscaba una tierra donde asentar la
sombra primigenia, el regazo de la voz que continuara relatando el
legado. Ya advertido de la historia, el navegante neerlandés se aproxima
al entorno rasgado por un misterio puro, de esos misterios que caen en
los pies de cualquier letra a la leyenda. Creyó impregnarse del olor
ancestral de unos habitantes en lujo de cielo, de cercanía a
interpretarse bajo hambre de divinidad. Allá estaba la explanada,
desmayándose en sendas estatuas de piedra, ya muy ancianas de cruzarse
el silencio del mar una y otra vez. Era el georama incomprendido, pero
deseado, incomprendido pero fiel a una nueva luz, incomprendido, pero
justo a desnudarse.
Como si fuese el peso de un teatro, las estatuas eran magníficas. De pronto yo estaba allí, sin identidad constante. Estaba en la textura del primer granito, o escalpelo imaginario en incisión, buscando acampar en ese aliento de sombra que los siglos íntimos de cada piedra me brindaban. Desde niño echaba las barcazas de mis sueños hacia ellas. Le decía a mi padre “quiero ir a la isla de las rocas grandes”. “Tendrás que navegar mucho” me decía, “esa isla queda en mismísimo culo del mundo”. Buscaba en los mapas entonces, diluviado en una obsesión que disfrutaba y no me permitía llegar a tierra. Hasta que la vi, y soñé. Me atreví verla como un cáliz, rebelde, fuerte, castigador, cuyo contenido era un brebaje inflable y visionario que te empujaba al intramundo y desde allí podías volar junto al cóndor y el turpial, tocar las salamandras de jaspe, y el litoral del dios descalzo. Mi mente esculpía la princesa desnuda a la que llamé Hinia-Nua, “flor de fortaleza” y que, con un arpa recitaba durante largos días la creación del mar. Tuve un ejército, galeones, nadadores hechos de caña y piedra caliza, y una corte de magos. No teníamos ropa, la desnudez era código, ensueño, idioma. Y de panorama, las estatuas; soberbios centinelas soplados a silencio, macizos en el puño del ingenio, perdidos en las hectáreas que parecían arrobar el limpio oráculo a una inmortalidad, levitada y merecida.
Aún no se sabe quién o cómo se erigieron las estatuas. La isla de Pascua, muy cerca del gran Chile de Gabriela Mistral o Pablo Neruda-Huidobro, otro príncipe encarnado-aparece cruzando despacio el nado con los ojos. Yo estuve en sus vidrieras. Mi niñez me cerca por las noches, perdido en mis lecturas, y llega a mi ventana la princesa desnuda, se despeina, suda su mar recordado, y empieza a besarme los ojos.
La isla, se acerca.
Como si fuese el peso de un teatro, las estatuas eran magníficas. De pronto yo estaba allí, sin identidad constante. Estaba en la textura del primer granito, o escalpelo imaginario en incisión, buscando acampar en ese aliento de sombra que los siglos íntimos de cada piedra me brindaban. Desde niño echaba las barcazas de mis sueños hacia ellas. Le decía a mi padre “quiero ir a la isla de las rocas grandes”. “Tendrás que navegar mucho” me decía, “esa isla queda en mismísimo culo del mundo”. Buscaba en los mapas entonces, diluviado en una obsesión que disfrutaba y no me permitía llegar a tierra. Hasta que la vi, y soñé. Me atreví verla como un cáliz, rebelde, fuerte, castigador, cuyo contenido era un brebaje inflable y visionario que te empujaba al intramundo y desde allí podías volar junto al cóndor y el turpial, tocar las salamandras de jaspe, y el litoral del dios descalzo. Mi mente esculpía la princesa desnuda a la que llamé Hinia-Nua, “flor de fortaleza” y que, con un arpa recitaba durante largos días la creación del mar. Tuve un ejército, galeones, nadadores hechos de caña y piedra caliza, y una corte de magos. No teníamos ropa, la desnudez era código, ensueño, idioma. Y de panorama, las estatuas; soberbios centinelas soplados a silencio, macizos en el puño del ingenio, perdidos en las hectáreas que parecían arrobar el limpio oráculo a una inmortalidad, levitada y merecida.
Aún no se sabe quién o cómo se erigieron las estatuas. La isla de Pascua, muy cerca del gran Chile de Gabriela Mistral o Pablo Neruda-Huidobro, otro príncipe encarnado-aparece cruzando despacio el nado con los ojos. Yo estuve en sus vidrieras. Mi niñez me cerca por las noches, perdido en mis lecturas, y llega a mi ventana la princesa desnuda, se despeina, suda su mar recordado, y empieza a besarme los ojos.
La isla, se acerca.
miércoles, 7 de noviembre de 2012
CIUDADANO II: LA CASA DE LAS CARAS
...contemplación de los sucesos en Belmez de la Moraleda en Jaén, España, año 1971.
Es una penumbra dulce, filosa, próspera. Se va educando en unas
formas que a entrelíneas parecen desiguales, y de pronto, se van uniendo
en su vapor personal, en su vapor de una vieja voz, de color gris,
herida en su hospedaje de lamentos. Muchos la han visto: rostros
perdidos en un grafito fuerte, capaz de espantar y sorprender. La
primera vez, que siendo casa se impregnó de caras desconocidas fue en el
verano de 1971, en Bélmez de la Moraleda, al baño sur de la provincia
de Jaén, en la Andalucía del Jerez, y de los mares. Una mañana en copa
cansada de rutinas, una copa de paseos cortos, de aires disímiles, y
mapas de sal achicando el cielo. Fue una mañana en la cintura de todos,
el andar en pausas, la chimenea, los arneses, el cielo duro del caballo.
Voces de muerte encarcelada, quizás. Hay dimensiones abiertas, dicen estas letras. Yo, las escribo bajo el mando de un río inexpresivo, pero único. Aquella casa de la calle Real, número 5, palpitaba de caras. Caras ajenas, que no respiraban un retrato de familia, que no andaban en el péndulo del sol echando horas. Caras que avisan un misterio, o avisan una visita momificada en el tiempo. Ay, caras de un dolor tan seco bajo el rito del entierro. Voy sin mí, a buscar esas caras para escribirlas aquí, bajo orbe ciudadano. Soy torpe en mis pensamientos fronterizos, o adivino, o creo, o soy, limpia pregunta a las maravillas.
Las fotografías al piélago de su relato, no dejan de mirarme. Sigo buscando la sangre de aquellos nombres que sólo tienen cara, sin lenguaje, sólo el atisbo; ese silencio voraz como la ruptura de una pirámide hacia arriba, o cielo, o infierno, o mundo, o intramundo. María Cámara, la hacendosa señora que las vio primero se ha ido, no dejó palabras, ni equipaje. Creo que dejó su sombra plasmada en esa mañana del 23 de agosto, mañana infinita de todos, cintura de todos, crisol o talismán, cuando a contraluz del fogón un rostro, la fue sorprendiendo.
Yo escribo, la cara relatada, con acento.
Marioantonio Rosa.2012
Voces de muerte encarcelada, quizás. Hay dimensiones abiertas, dicen estas letras. Yo, las escribo bajo el mando de un río inexpresivo, pero único. Aquella casa de la calle Real, número 5, palpitaba de caras. Caras ajenas, que no respiraban un retrato de familia, que no andaban en el péndulo del sol echando horas. Caras que avisan un misterio, o avisan una visita momificada en el tiempo. Ay, caras de un dolor tan seco bajo el rito del entierro. Voy sin mí, a buscar esas caras para escribirlas aquí, bajo orbe ciudadano. Soy torpe en mis pensamientos fronterizos, o adivino, o creo, o soy, limpia pregunta a las maravillas.
Las fotografías al piélago de su relato, no dejan de mirarme. Sigo buscando la sangre de aquellos nombres que sólo tienen cara, sin lenguaje, sólo el atisbo; ese silencio voraz como la ruptura de una pirámide hacia arriba, o cielo, o infierno, o mundo, o intramundo. María Cámara, la hacendosa señora que las vio primero se ha ido, no dejó palabras, ni equipaje. Creo que dejó su sombra plasmada en esa mañana del 23 de agosto, mañana infinita de todos, cintura de todos, crisol o talismán, cuando a contraluz del fogón un rostro, la fue sorprendiendo.
Yo escribo, la cara relatada, con acento.
miércoles, 31 de octubre de 2012
CIUDADANO
Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao...
No ves que va la luna rodando por Callao;
que un corso de astronautas y niños,
con un vals, me baila alrededor... ¡Bailá! ¡Vení!.
-Ástor Piazzolla
Luna lunera, cascabelera
Firme en plata antigua, resplandece. Es mayor al tiempo, a mis
juguetes, a mis libros de infancia, o esa primera desnudez sorprendida,
en mi carro rojo-o el de mis padres debí decir, más honestamente-Buick
Lesabre, modelo 1980, bajo un beso de temblor, o meses más tarde, roto
en insomnio mirando su rastro sobre el costado del Mar Atlántico, y
preguntarme dónde estaba ella, y la carta que nunca llegó. Firme en
plata antigua, tiene lenguaje, en memoria y siglos. Anaxágoras la llamó
“astro habitado” Demócrito ya urdido en la teoría atómica, pensaba en
una luna en ciudadelas, su discípulo Filolao nos dijo que el día lunar
equivale a quince días terrestres, Plutarco más allá de sus Vidas Paralelas
la abrazó, llamándole “segunda tierra” y un libro que hace mucho tiempo
caminaba por mis ojos “El Hombre en la Luna” (1638) un obispo llamado
Francis Goodwin echaba el relato de como Domingo González, español, con
una pareja de gansos amaestrados llegaba y la conquistaba. Firme y
plateada, otra vez, sobre un monte de lluvia Galileo la descubrió
desnuda en sus cráteres, con sus lentes hechos entre la eternidad. Luna,
menguante, creciente, omnímoda, precisa, misteriosa.
Ahora que nos llega “La Noche de las Brujas” la prosa me rasga su
primera ciudadanía. Ahí arriba está, cortando el cielo, mirando,
punzando la psiquis, el helio de todos los sueños derribados, la presa
de las sombras, el trago acuchillado, la dación de la saliva, la pesca
de las pieles, el ritual despeinado en la ciudad, o sencillamente la
hora de dormir, sin testigos, mansos, o de sangre. Miro el país de la
luna, tiene un sexo de niebla, collares de orgasmos, leche y saltos,
devoción al susurro, istmos y jodederas. Voy decorando con soledad este
eterno desquicio que provoca observarla largamente, entre su Mar de Tranquilidad, El Cráter Tycho, El CráterTsiolkovski, El Cráter Copérnico
y ¿quién se nos queda? Sí, los astronautas, Yuri Gagarin-antes del
programa espacial APOLLO-Amstrong, Noonan, Lovell, Jonh Gleen, Gordon
Cooper, Gus Grissom, Shepard y después los transbordadores, incluyendo
el difuminado en el año 1986, y después, ¿después, qué? El silencio azul
macizo, atolondrado, medio herido entre gacela y senectud, hecho para
recordarse, que la luna en su dominio sonámbulo, despliega y ata a los
corazones, al sexo, al sueño, a los presagios, los licántropos, los
imaginados, los vampiros, la escalinata del insomnio, y el duende con
vestido de mar, que hace cabriolas platinadas contra el agua o contra un
cuerpo quieto; entremés de un cascabel sabroso que iza en la piel
rasguños de ebriedad.
Siento que me quedo con los acordes de La Sonora Matancera, allá en la Cuba de Prío Socarrás, cantando en el cabaret Luna lunera, cascabelera, bajo los tumbos de Rogelio, Caíto, Celia Cruz, y Daniel Santos.
Y por supuesto, un buen cubalibre, cosa de pecar, irremediable.
Marioantonio Rosa. 2012.
Derechos Reservados
sábado, 20 de octubre de 2012
VARIACIONES PARA UN TEMA DE TAGORE FINAL: LOS TESOROS DE LA TIERRA
“Para quien lo sabe amar,
el mundo se quita su careta de infinito.
Se hace tan pequeño como una canción, como un beso de lo eterno.”
-Rabindranath Tagore
Mundo. Solsticio y equinoccio. Rostro reunido.
Con un color de ave ahogada, y cosechas de silencios.
Mundo que con mi amor duerme entre sus piedras,
y es simple el infinito de su caída.
Una vez fui al mar. Mi cuerpo de caracoles llamaba.
Llegaron esencias y criptogramas. Mi soledad fue de oro.
El alba con mi palabra, inundando el trueno.
Llovían los corceles amarillos, y el oleaje de figuras,
hablaba en un bosque de náufragos. Fragua en insomnio.
Pero estaba el mundo. Sus ojos y gondoleros.
Era grande. Era acordeón abierto de rocío.
Una mano de amor dormida en mi cintura. Unos peces de fuego.
Un hombre levantado por la hierba, y el signo desnudo.
Yo soy un niño. El niño hecho al mundo.
Me levanto sonriendo con mis cipreses en búsqueda.
Más tarde, cuando lleguen las lágrimas,
una nana me llenará de velos y siemprevivas,
el balcón estará abierto
en los tesoros de la tierra.
Marioantonio Rosa. 2012
Derechos Reservados.
Próximo: CIUDADANO (PROSA)
miércoles, 17 de octubre de 2012
SOCIEDAD DE POETAS VIVOS CELEBRA A LA POETA Y AMIGA ANA MARIA FUSTER
La Sociedad de los Poetas Vivos, le invita a celebrar la obra de la poeta puertorriqueña Ana María Fuster.
Participarán en la lectura los poetas:
Sandra Santana
Marioantonio Rosa
Jocelyn Pimentel
Abdiel Echevarría
Amarilys Tavarez
Emilio del Carril
José H. Cáez
Mayrim Cruz Bernal
Karen Sevilla
David Caleb Acevedo
Angélica Díaz
Cindy Jiménez
Anuchka Ramos
Marlyn Cruz Centeno
Alejandro Álvarez Nieves
Jesús Manuel Santiago Rosado
Celebremos la poesía, están todos invitados.
Marioantonio Rosa
Jocelyn Pimentel
Abdiel Echevarría
Amarilys Tavarez
Emilio del Carril
José H. Cáez
Mayrim Cruz Bernal
Karen Sevilla
David Caleb Acevedo
Angélica Díaz
Cindy Jiménez
Anuchka Ramos
Marlyn Cruz Centeno
Alejandro Álvarez Nieves
Jesús Manuel Santiago Rosado
Celebremos la poesía, están todos invitados.
JUEVES 25 DE OCTUBRE EN POET'S PASSAGE VIEJO SAN JUAN
lunes, 15 de octubre de 2012
VARIACIONES PARA UN TEMA DE TAGORE V
..”No
me preguntes
Qué es la salvación
O dónde encontrarla,
soy investigador, sino sólo poeta...”
Qué es la salvación
O dónde encontrarla,
soy investigador, sino sólo poeta...”
-Rabindranath Tagore
El Caminante
Quiero
ir al alma. Cubrirme de su miedo.
Irme preso en un signo de agua. Irme con
amor, y simple.
Los dedos del alma hablan como un triste
eclipse
donde no se encuentran las heridas de la luz.
Quiero irme, hacia el alma cuando no está
y ocurren en octubre, duelos y llamaradas.
Es la cosecha del pasajero. El que nunca
duerme.
El amo de los paisajes y los ecos. El que
toca la puerta, y calla.
En su corazón, tiene el sesgo de una alondra,
y parece un río su muerte luminosa.
En el alma estoy. Luna y abanicos.
Me sigo en una sombra que da comida a las
palabras
y la noche tiene un arpa hecha de caminantes.
Mi alma no tiene preguntas, sólo un estigma,
que sangra y duele en reyertas de música.
Déjame ir, madre, a la vuelta del alma. Solo.
Por primera vez libre, con los siglos
sueltos,
y este nombre para todos,
para todos.
Marioantonio Rosa. 2012.
Derechos Reservados.
domingo, 14 de octubre de 2012
Entrevista a Marioantonio Rosa, por Ana María Fuster Lavín para El Post Antillano
SÁBADO 13 DE
OCTUBRE DE 2012 12:52
ANA MARÍA
FUSTER LAVÍN
CLICS: 26
Entrevista con el escritor y crítico literario
Marioantonio Rosa
“Un viento, un baile roto
donde
el ropaje de piedra prepara su madre solar
para
lanzarla al vacío de los azules:
una
sombra de águila para la sed,
un
cascabel de agua para el amor.”
Marioantonio
Rosa
Poeta, narrador, crítico literario, actor, profesor,
conversador y soñador de la palabra libre, milagrosa como si el verso fuese el
aire que respira, Marioantonio Rosa vive la poesía con la intensidad de la
sangre. La entrevista comenzó en Piñones y siguió por las calles de Río
Piedras, entrando a La Tertulia y a la Mágica y terminando en el Boricua.
Recordamos los viajes literarios con Isla Negra a la República Dominicana, a
Ponce, a cualquier punto de la Isla y siempre reina la cofradía y los sueños
librescos.
Marioantonio Rosa nació en San Juan de Puerto Rico en
1965. Ha publicado Misivas
para los Tiempos de Paz (Isla Negra, 1997), Tristezas
de la Erótica (Isla Negra, 2003) y Duelo
a la Transparencia (ICP, 2005), declarado
uno de los libros del 2006 por el periódico Nuevo Día. Ha obtenido el Premio
Nacional de Poesía Guajana
2010 del Festival
Internacional de Poesía de Puerto Rico, Premio "Turpial de Oro" de
Poesía por La Sociedad Venezolana de Arte Internacional (2011) y Premio
Internacional de Poesía auspiciado por The Latin Heritage Foundation (2011) Washington-Nueva York.
“La
tarde es inundación de giraldas luminosas.
Hay
desnudos escarlata,
los
ojos son ahora un río antiguo
atado
en su memoria como un beso.
Viento
único, de pies duros, carne limpia,
me trae
la sed donde rompo este lenguaje.”
Ana María Fuster: Marioantonio, te conozco hace unos doce años, siempre
has llevado tu oficio de poeta con entrega y sin límites. ¿Cómo surgió ese
llamado de la poesía? ¿Quiénes fueron esos maestros que te motivaron a seguir
el camino de la poesía?
MarioAntonio Rosa: “Desde muy niño amaba la lectura. Mi padre que era
ingeniero civil y muy amante de los libros. Me inculcó esos latidos hacia las
letras. El primer libro que recibí en mis manos fue Desolación de
Gabriela Mistral, recuerdo que papá me habló de ella y su visita a Puerto Rico
en una conferencia a la que él asistió. Con 6 años y algo aficionado al dibujo
un libro del vuelo de Desolación, me marcó. Supe que
había un diálogo que pude descifrar, y una emoción primogénita, entre dulce y
misteriosa que no me ha abandonado nunca. Luego llegó Juan Ramón Jiménez y sus Elegías, Platero y Yo, Diario de un poeta recién casado, así
mismo Hamlet de
William Shakespeare, Ezra Pound, Tennyson, Neruda, Tolstoi, Esenin, Gogol,
Pushkin en fin junto a mis inseparables juguetes componían un mundo propio y
personal el cual lucho aún por mantener. Pero cuando llegó el Romancero
Gitano y Yerma de Federico García Lorca, mi vida
cambió, empecé a jugar con versos con diez años cumplidos, hasta hoy que sigo
intentando alcanzar la poesía. Lo más que me fascinaba, y todavía sigue siendo
un descubrimiento diario, es la exactitud de la belleza, de cómo te van
llevando las palabras, es la cercanía al milagro.”
“Además, Francisco Matos Paoli,
Rabindranath Tagore, Octavio Paz, Federico García Lorca, Kalidasa, Sergei
Esenin, Alexander Pushkin, John Keats, Constantin Kavafis, Fernando Pessoa,
vaya que el aula es grande, allí entro todos los días en su majestad de letras.
No puedo olvidar a Juan Ramón Jiménez, Gabriela Mistral, Antonio Gamoneda,
Alejandra Pizarnik, Rafael Alberti, Luis Cernuda, y los grandes poetas de
Guajana, todos, todos los leo una y otra vez porque provocan, empujan a
mejorarte, a buscarte, o aislarte, pero no, no es aislamiento negativo, es luz,
caminar y flotar sobre ella. Ese aislamiento que el poeta en busca de su gran
verdad necesita para convertirse en un ser de mensaje y multitud.”
AMF: Además de las lecturas, eres un poeta en constante
evolución y crecimiento. Ya tu primer poemario publicado –y uno de mis
favoritos de la poesía puertorriqueña– Misivas para los tiempos de paz (1997) refleja ese oficio del verso.
Cuéntanos cómo fue ese proceso de publicar tu primer poemario.
MAR: “Con el tiempo llegó a mis manos un poemario de
Octavio Paz, muy singular, La Estación Violenta, publicado
por el Fondo de Cultura Económica de México. Esto fue a través de un colega y
amigo poeta mexicano Dante Medina, estando yo en Guadalajara, continuando
estudios graduados. Dante deseaba recomendarme para que yo aspirara a la
Beca Guggenheim para la creación literaria, y me entregó este libro. Una vez lo
abrí quedé maravillado. Cada poema me hablaba en un idioma lento y celeste. En
especial los poemas “Piedra de Sol”, “Mutra”, “El Cántaro Roto”, entre otros.
La imaginación no se detuvo y comencé a idear un libro que llevara esos
matices, claro está en mi propia voz, ya en cierto susurro epistolar y nació
este poemario Misivas para los tiempos de paz.
Primero se presentó en México en el marco de la Feria Internacional del Libro
de Guadalajara, luego en Puerto Rico. Aquí lo presentó el excelente poeta y
amigo Rafah Acevedo. Al principio fue un proceso que exige ilusión y
perseverancia. Nadie me conocía, mucho menos el entrañable amigo y hermano
editor Carlos Roberto Gómez, de la Editorial Isla Negra. Pero los poemas hablaron por mí, y aquí estamos.”
“Siento la sombra cristalina
palpar
el rostro, mi rostro, el perdido,
el que
calla el abismo elegido y hermoso
donde
los aires empiezan en victoria
y van
desangrándose como un pétalo fresco
y se
conmueven cerrándose al tiempo.”
AMF: Tristezas
de la erótica, Duelo de transparencia, son otros
de tus poemarios –títulos que obligan y seducen a la lectura–, cómo
contrastan estos dos poemarios con el primero. Y para complicarte la pregunta,
¿en qué plano te encuentras ahora como escritor?
MAR: “Siempre busco una
cintila que le brinde continuación a un libro sobre otro. Tristezas
de la erótica dialoga
con Duelo a la Transparencia, en lo
íntimo, en la batalla del alma, el ser, el amor y, además, la metapoesía. Mi
libro más amado es Kilómetro Sur que saldrá bajo el sello de la
Editorial UPR el próximo año. Fue un libro que anduvo conmigo 13 años. Lo
comencé en Port Antonio, Jamaica, durante una estadía. La experiencia intensa
cultural y personal vivida en México no hacía que me desprendiera de ese
kilómetro amado. Conocer a Juan José Arreola, Carlos Fuentes, Mario Vargas
Llosa, Raúl Skármeta, Olga Orozco, Ernesto Cardenal, con quién comparto una
antología auspiciada por el Sindicato de Maestros del Estado de México invitado
por la gran poeta Lina Zerón, Gabriel García Márquez, Gunter Grass entre otros,
era un tesoro incalculable. Kilómetro Sur se
nutrió de todas esas vivencias. Confieso que es mi más ambicioso salto a la
excelencia. Me encuentro como escritor en un plano de búsqueda, precisamente el
que ama esto de verdad siempre será un ser en búsqueda, en probarse con las
palabras. Todos los días escribo, hago ejercicios de escritura, busco y voy
creando imágenes, es liberador, y es también una lección de vida.”
AMF: De los grandes maestros lleguemos a nuestro momento.
¿Cómo ves el estado actual de la poesía en términos de nuestros contemporáneos
y de los poetas más jóvenes?
MAR: “Feliz, me siento inmensamente feliz con nuestros
poetas, y narradores. Puedo decir que nuestra literatura nacional está en una
gran pujanza; diversidad, colorido, fuerza en el mensaje, desprendimiento.
Nuestros poetas danzan, son actores y ciudadanos de sus propios temas. Es
hermoso compartirlo, aprendo de ellos. Me veo a mi mismo en ese rol de buscar y
encontrar y conocerse. Eso es la verdad de la poesía. La poesía no es pasarela
del ego, es estante de excelencia, humanidad, contemplación y sencillez. Es mi
credo diario. Necesitamos más proyección internacional, mas enlaces con
exposiciones y encuentros literarios, darnos más a la siempre vigente
vanguardia de América Latina y España. Podemos hacer patria con nuestro
mensaje. Estoy seguro de que nuestra voz puede estar de igual a igual con
cualquier vanguardia del mundo. Hay que seguir rompiendo fronteras.”
AMF: ¿Y qué cuentas del mundo editorial en Puerto Rico?
MAR: “Debe haber mayor accesibilidad al escritor que
comienza, más talleres literarios auténticos que sean auspiciados por
editoriales. Hay una cantera de luz allá afuera. La actividad editorial y el e-book deben llegar a esos escritores con
calidad probada. Necesitamos una real revolución cultural en Puerto Rico,
tenemos los artistas, y debe haber por parte de las editoriales más puertas
abiertas. ¿Dinero? Si bien. Quevedo dice “poderoso caballero es don dinero”, a
eso le sumo yo: conciencia. Hagamos conciencia, para que el dinero y más aún
las oportunidades, hagan su constante presencia.”
AMF: Y proyectándote al futuro, ¿qué nuevos
proyectos estás desarrollando?
MAR: “En estos momentos estoy muy contento, ahora estoy de
dramaturgo. Acabo de escribirTierra
Rebelde, obra en acto único que será estrenada por
el productor Samuel Andrade el 25 de enero en Miami y Orlando, Florida. Tuvo
que aplazarse el estreno porque sus actores todos de las cadenas Univisión y
Telemundo están en compromisos con telenovelas en sus respectivas
emisoras. La obra vendrá al Centro de Bellas Artes de Santurce y Caguas
para finales de marzo de 2013. Fue un reto escribirla, son intensas las
escenas, es…quizás mi historia, la de Carlos, Elena o como diría el
célebre poeta y dramaturgo mexicano Xavier Villaurrutia: ‘un rostro de Juan
para todos’ …veremos a ver qué pasa. Aunque estrenar en Miami, ya es un gran
logro. Esperen la promoción, muy hermosa por cierto, me siento honradísimo con
esto.
“Ya pronto
cierro el ciclo de poesía con un libro que termino y retomo dos proyectos de
narrativa: Circumdatio y Disparando
al perro sideral. Mi
nuevo reto es escribir El
Rojo Clásico, novela psicológica que he ido elucubrando y cuyo
personaje principal es un psiquiatra. Lo demás sigue en mi imaginación.”
“Aire,
aire, nada traes de mí
mira mi
siglo con llamarada de alas
soy el
que ha despertado de una herida
sin
morir ni nacer,
empezando,
mi derrumbe hacia el sol.”
Marioantonio
Rosa
AMF: ¿Cuál quisieras que fuese
tu mayor legado como escritor?
MAR: “Ana María, he hecho un
voto de sencillez ante la gran poesía. Para que esa poesía llegue debo entrar
desnudo al oráculo. Sin nada, ni ropa, ni dinero, ni equipaje, solo yo, y
entonces recibir y llevar el mensaje. Creo que el legado sería ese, seguir esa
senda, eso nos hace que las mejores letras lleguen a las manos, y saber que no
llegamos, Lorca dijo “no vamos a llegar, pero vamos a ir”’ Lo importante es que
el mensaje llegue y que las gentes vean en la poesía un lugar de expansión, de
verdad, y, sobre todo, de descubrimiento, es, atreverse a ser feliz.”
Así es Marioantonio, tenemos que
atrevernos a ser felices. Escribir, promover nuestra cultura, soñar y sentir la
palabra, y que esta vuele lejos y libre. Nos despedimos por el momento, pero
seguiremos escuchando sobre los nuevos retos literarios y teatrales del
escritor Marioantonio Rosa en Puerto Rico y en cualquier lugar del mundo, el
arte no puede tener fronteras.
“Existen puertos donde
nadie sueña
y se quedan mudos como
besándose.
Quedan sedosos con el
silencio que sofocan
y abren agujeros de
sal sin recordarse
barcarola fue,
llegó desnuda,
imposible, roja en albas
y se quedó dormida en
un cuerpo nuevo
llegó cubierta de
mensajes en botellas
hasta que un idioma se
desangró de su milagro
pero no pudo, no
estaba el hombre
y agotada de mensajes,
se fue al reino
de ramajes y pájaros,
corazón de hojas
a pensarse nuevamente
frágil,
y el puerto ha sido
eterno, sin sueño.”
Marioantonio Rosa
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