Me acerco callado,
con un aire de niñez, y otras soledades
sorprendido en la orfebrería de su luz,
me acerco a los otros niños que desde mí ya se han perdido,
como el riego de una charca al amanecer,
o una sombra del día picoteada por las aves
soy un acertijo, a esta inesperada frontera,
y los ojos se van
de pronto ya no estoy, queda el niño entre preguntas
y el carrousel, en su esfera de cristales,
empezando una rotación encantada,
despojándome pedazos de rutinas, o la sonrisa de mamá,
ya en el recuerdo de un traje azul de naufragio
y el azabache errante de su pelo,
vueltas,vueltas, caballitos artesanos en cera,
alazanos, rucios, cebrunos,caballitos entre el aire,
y el salterio de los colores, y el tener los ojos cerrados,
esperando que todo suceda en la lámpara del genio,
y esa sensación,como de un abismo abrazado por el mar,
ahogado y despierto,desnudo y vivo
como las huellas susurradas de los naipes
oh vuelta magna,
azúcar de la infancia como estatua en la memoria,
mi olvidado atuendo donde duermen palabras nuevas
aire de niñez,
que besa con su amor la otra frontera de mis celajes,
recordándome.
Marioantonio Rosa.© 2013
con un aire de niñez, y otras soledades
sorprendido en la orfebrería de su luz,
me acerco a los otros niños que desde mí ya se han perdido,
como el riego de una charca al amanecer,
o una sombra del día picoteada por las aves
soy un acertijo, a esta inesperada frontera,
y los ojos se van
de pronto ya no estoy, queda el niño entre preguntas
y el carrousel, en su esfera de cristales,
empezando una rotación encantada,
despojándome pedazos de rutinas, o la sonrisa de mamá,
ya en el recuerdo de un traje azul de naufragio
y el azabache errante de su pelo,
vueltas,vueltas, caballitos artesanos en cera,
alazanos, rucios, cebrunos,caballitos entre el aire,
y el salterio de los colores, y el tener los ojos cerrados,
esperando que todo suceda en la lámpara del genio,
y esa sensación,como de un abismo abrazado por el mar,
ahogado y despierto,desnudo y vivo
como las huellas susurradas de los naipes
oh vuelta magna,
azúcar de la infancia como estatua en la memoria,
mi olvidado atuendo donde duermen palabras nuevas
aire de niñez,
que besa con su amor la otra frontera de mis celajes,
recordándome.
Marioantonio Rosa.© 2013
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