lunes, 9 de diciembre de 2013

SUBIENDO A BABEL
























No sabía nada de los días,
nada del encuentro entre la tierra y el agua
no sabía nada, apenas un atisbo,
una ración perdida en un río blanco
la rotación de lámparas en cuerpo gris,

un poco de pecado,un poco de comida,
un vino albariño casi anillo del sol,

y esta noche descansando entre sus cuervos.

Allá el cielo,
el magneto de una torre con ojos amargos,
escaleras que dan al tiempo,
y gentes parecidas a una contraseña
donde el mar entra a sus contemplaciones de sed´
el aire llegaba con sus hijos,
el aire nuestro llegaba con su sombra
un pandero ahogado de muerte andaba en los pasillos

y este corazón de arena,
tan mío para subir descalzo.

¿Y este eco de lenguas aturdidas?
¿esta arista que habla cruces y solamente es sangre?

He conocido al hombre
aquella torre era un robusta soledad
una astronomía corta a la frente y a las alas,
he conocido todo sin saber nada,
bajo esa tempestad de labios inconclusos
esa torre,con sus rieles pervertidas de asedio
esa puta comunión contra la altura

y el silencio, el que escucho desterrado,

con este corazón de arena,
tan mío para subir descalzo.


Marioantonio Rosa.© 2013

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